Pablo de Rokha incorpora a la poesía de lengua española un yo hiperbólico con una manifiesta propensión al gigantismo literario y profético, presentando marcados contactos con Rabelais, Nietzsche y las teorías del irracionalismo filosófico. Su fuente rabelesiana (precursora del surrealismo mundial) le llevó a coincidencias con César Vallejo (autor de Trilce en 1922), y con James Joyce, como lo prueba su poema Suramérica (1927), anterior a Finnegan’s Wake (1939). Pero su barroquismo desmesurado, consecuencia de sus tentativas de producir una obra genial y universal, y su falta de armonía estética, lo conducen a una desintegración de la materia poética y al desborde metafórico, en parte gratuito. Sin embargo, esos mismos elementos negativos le han permitido liberar lo poético de la retórica meramente lírica. Antonio de Undurraga.
domingo, 10 de enero de 2010
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